3 years ago
Cada vez más empresas afirman ofrecer productos y servicios neutros en carbono, pero en Dott no nos basta con ser neutros en carbono. Desde que empezamos sobre dos ruedas en 2019, hemos compensado todas nuestras emisiones de gases de efecto invernadero y, aún así, sabemos que nuestro viaje no termina aquí.
Cualquier empresa que compense los gases de efecto invernadero que emite puede etiquetarse como neutra en carbono. Pero, en realidad, no está reduciendo sus emisiones, sino que está apoyando proyectos alternativos destinados a capturar o reducir la emisiones de CO2.
Si se aplica de manera aislada, la neutralidad de carbono solo funciona como parche y lo que necesitamos es tratar la raíz del problema. Por esta razón, nuestro objetivo principal es reducir de forma activa el volumen de gases de efecto invernadero producidos por nuestro servicio. La compensación es la última opción.
Somos pioneros en nuestro campo en trabajar codo con codo con expertos en medio ambiente para crear un modelo dinámico que pueda calcular nuestra huella de carbono cada mes y en cada ciudad donde operamos. Esta herramienta nos permite hacer un seguimiento de nuestras emisiones de gases y, asimismo, comprobar el impacto que tienen nuestras iniciativas para reducirlos. Desde el almacén a la calle, hemos integrado nuestro modelo dinámico en todos los estadios de la cadena de valor.
Te contamos cómo ha ido nuestro viaje, hasta dónde hemos llegado y qué nos queda todavía por hacer.
En 2020 empezamos a trabajar con los expertos en huella de carbono, CO2logic, para crear un modelo dinámico que nos permita calcular la huella de carbono por cada kilómetro recorrido en las ciudades donde operamos. Utilizamos este modelo para monitorizar nuestra huella en cada ciudad y cada mes, a diferencia de las otras empresas, que suelen hacer seguimientos anuales.
Nuestro modelo de CO2 es tan efectivo porque nos permite desglosar las emisiones de forma autónoma, regular y fiable. Gracias a esta información tan detallada, podemos analizar más profundamente nuestra huella de carbono, saber cuáles de nuestras actividades producen más emisiones y centrar en ellas nuestros esfuerzos. Además, podemos valorar la efectividad de nuestras iniciativas medioambientales para la reducción de la huella de carbono y aplicar una hoja de ruta ágil que nos permita comprobar y monitorizar la vertiente ecológica para conseguir los mejores resultados posibles.
Veamos el ejemplo de la ciudad de Lyon. El modelo nos mostraba que los vehículos perdidos en la ciudad contribuían de manera significativa a la huella de carbono. Como respuesta, creamos un equipo especial para abordar el problema y reducimos el porcentaje de vehículos perdidos de un 5% a un 0,5% durante el 2020. ¿El resultado? No compensamos sino que reducimos nuestras emisiones en unas 8 toneladas de CO2 por mes.
Nuestro modelo de cálculo está basado en el Protocolo GHG, el método que habitualmente se aplica a un producto o empresa para calcular las emisiones de carbono. Como nos responsabilizamos de todos los gases de efecto invernadero que producimos, aplicamos el modelo en toda nuestra cadena de valor.
No sólo monitorizamos las emisiones producidas por el funcionamiento de nuestras flotas de bicis y patinetes eléctricos, sino que también incluimos los proveedores, vehículos de logística, almacenes y reciclaje. Básicamente, entra en los cálculos cualquier persona o cosa que contribuya a que Dott esté rodando por la carretera. Así aplicamos los tres “alcances” del protocolo GHG.
Todas las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas directamente con nuestras actividades. Por ejemplo, la combustión de la gasolina de los vehículos de logística cuando se dirigen a cambiar la batería de un patinete.
Fuimos unos de los pioneros en nuestro campo en introducir las baterías intercambiables para bicis y patinetes eléctricos. En vez de retirar y devolver a su sitio los vehículos cuando se les acaba la batería, cambiamos la batería vacía por una de llena sin moverlos. Además, estamos sustituyendo la flota de operaciones para que sea completamente eléctrica y reducir aún más las emisiones producidas por nuestras operaciones.
Gases de efecto invernadero indirectos producidos por el consumo de electricidad, calor o vapor de producción externa. Nosotros en este apartado incluimos la calefacción de los almacenes y oficinas y la electricidad que hace funcionar los vehículos de logística y las bicis y patinetes eléctricos.
Usamos energía renovable en todas nuestras oficinas y almacenes. Las nuevas oficinas centrales de Amsterdam (que estarán listas en 2022) se encuentran en la “zona verde” de la ciudad, junto a los proyectos arquitectónicos más sostenibles y eficientes energéticamente de la ciudad. Gracias a un aislamiento de primera categoría, el edificio necesita menos calefacción. Además, dispone de muchos otros elementos de diseño respetuosos con el medio ambiente.
Otros gases de efecto invernadero indirectos emitidos por fuentes que no son nuestras ni podemos controlar íntegramente. Como por ejemplo, la producción de bicis y patinetes eléctricos (materiales, producción, montaje, transporte etc.), la gestión del final de la vida útil de las bicis y patinetes eléctricos, los viajes de negocios, el equipamiento tecnológico y los desplazamientos al lugar de trabajo.
Aplicamos la política de “primero reparar”. Usamos piezas sueltas reutilizables y partes recicladas para arreglar los vehículos y así nos aseguramos que nuestros patinetes y bicis eléctricos tengan una vida útil más larga. Nuestra primera flota de patinetes eléctricos todavía se encuentra rodando por las calles después de dos años y medio. Asimismo, la siguiente generación de patinetes eléctricos está pensada para durar más de 5 años, hecho que contribuirá a reducir todavía más nuestras emisiones.
En 2021, Dott redujo las emisiones un 40% por cada kilómetro recorrido en comparación con el 2020.
Tenemos las herramientas necesarias para recorrer el camino hacia la sostenibilidad de forma honesta y los cambios para un futuro más verde ya son una realidad. En 2021, Dott redujo las emisiones un 40% por cada kilómetro recorrido en comparación con el 2020.
Pero si queremos ir más allá de la neutralidad de carbono, ¿qué más debemos conseguir?
Primero, nuestro objetivo de reducción de emisiones está alineado con el escenario de 1,5 grados de la SBTI (Science Based Target Initiative). Esto significa que tenemos que reducir nuestras emisiones de alcance 1 y 2 un 50% para el 2030.
Segundo, además del objetivo de la SBTI, nos hemos marcado una meta ambiciosa para el 2025: que nuestra huella de carbono sea de menos de 20 gramos de CO2eq (la unidad que mide el potencial de calentamiento global) por km recorrido en un vehículo Dott. Sabemos que es una meta difícil, especialmente si consideramos que somos el único servicio de micromovilidad que tiene en cuenta todas las emisiones que produce y que, además, no deducimos los residuos que reciclamos de nuestra cuenta de emisiones. Para reciclar se utiliza una energía que también produce emisiones, así que las incluimos en nuestros cálculos totales.
Tercero, para llegar a estas metas, nos hemos marcado unos objetivos para el 2022. Como por ejemplo, utilizar vehículos totalmente eléctricos para las operaciones en todas las ciudades (incluso en lugares donde el cambio no es obligatorio). Podemos decir que estamos en proceso de conseguirlo para mediados de 2022. Además, estamos diseñando nuestra siguiente generación de bicis y patinetes eléctricos, que se fabricarán únicamente con los materiales más duraderos y respetuosos con el medio ambiente. Así podremos reducir las emisiones que derivan de su producción y continuar alargando la vida útil de los vehículos.
Pero este camino no lo hacemos solos. Nos hemos asociado con empresas innovadoras y trabajamos para fabricar baterías que tengan un menor impacto en el medio ambiente y puedan reutilizarse fácilmente cuando hayan acabado su trabajo en Dott.
Nos tomamos la sostenibilidad muy en serio y mostramos nuestra huella de carbono total con transparencia. Nuestra misión es hacer ciudades más habitables para todo el mundo, lo que significa que debemos preservarlas tanto para los usuarios de hoy como para los que todavía no se han subido a las dos ruedas. Desde el principio nos estamos moviendo hacia un mundo más verde y tenemos claro que vamos a dejar la menor huella posible por el camino.